En 1962, Perignem creó su propia empresa de cerámica y cristalería, donde empezó a diseñar piezas de vidrio que rápidamente atrajeron la atención del mundo del diseño. Sus creaciones se caracterizaban por formas orgánicas y colores vivos y atrevidos, a la vez que elegantes y funcionales.
A lo largo de los años, Perignem ha trabajado con muchas empresas de renombre, como Val Saint-Lambert, Baccarat y Rosenthal. También ha recibido numerosos premios por sus diseños, entre ellos el Gran Premio de la Trienal de Milán en 1964 y el Premio Henry van de Velde en 1974.
En la actualidad, las creaciones de Hugues Perignem se consideran iconos del diseño belga y se exponen en numerosos museos y galerías de arte de todo el mundo.
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