A principios de la década de 1960, Kingma empezó a diseñar muebles de metal, como sillas, mesas y estanterías, que rápidamente atrajeron la atención de críticos y diseñadores. Sus diseños se caracterizaban por líneas limpias, formas sencillas y materiales duraderos, que les daban un aspecto atemporal.
En la década de 1970, Kingma empezó a trabajar la madera, creando muebles que combinaban la belleza natural de la madera con la funcionalidad y sencillez del diseño moderno. Sus creaciones en madera incluían estanterías, mesas, cómodas y sillas, a menudo adornadas con sutiles detalles y meticulosos acabados.
A lo largo de su carrera, Kingma ganó numerosos premios y distinciones por su trabajo, incluido el prestigioso premio Stichting Goed Wonen en 1962. Sus creaciones se exponen hoy en museos y galerías de todo el mundo, y su influencia sigue dejándose sentir en el diseño contemporáneo.